miércoles, 5 de noviembre de 2014

PARQUE ARQUEOLOGICO TIERRADENTRO

La región arqueológica de Tierradentro recibió este nombre de los soldados españoles al mando de Sebastián de Belalcázar, quienes a principios del siglo XVI encontraron obstáculos en la penetración conquistadora, debido a la conformación montañosa y quebrada del terreno, a sus ríos profundos y caudalosos, y a la oposición de los indios Paeces. Localizada en la cordillera Central, comprende una superficie de 1.900 kilómetros cuadrados. El núcleo de los vestigios arqueológicos abarca los actuales municipios de Inzá y Belalcázar, en especial los alrededores de San Andrés de Pisimbalá, donde se encuentran las principales necrópolis, y donde se limitó el actual Parque Arqueológico, inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco, en 1995. El sacerdote español Fray Juan de Santa Gertrudis, quien visitó la región en 1756, fue el primero en escribir sobre la presencia de tumbas indígenas en la zona, en su libro Maravillas de la naturaleza. En los ritos funerarios de esta cultura se han encontrado dos fases. El entierro primario, que comprendía la construcción de una sepultura -algunas eran unos pequeños fosos cilíndricos donde apenas cabía el cuerpo flexionado, dentro de la cual se colocaban algunos objetos de su pertenencia y alimentos para el paso hacia la nueva existencia- y la segunda parte del ritual, que se cumplía cuando los huesos, ya desencarnados, eran trasladados a nuevas sepulturas de mayores dimensiones, llamados hipogeos, que servían para el entierro colectivo de un grupo humano, diferenciado socialmente. Las paredes y el techo estaban recubiertas de tierra blanca, sobre la cual se pintaban líneas paralelas, cuadrados y rombos concéntricos, en colores rojo y negro. Este tipo de decoración explica un acontecer cíclico de muerte y renovación. La línea recta predominante en el diseño de esta decoración interna es interrumpida por algunas figuras humanas de grandes proporciones, con los brazos en alto, o por círculos concéntricos como representaciones solares, medialunas y lagartijas. En algunos de estos hipogeos la decoración de negro y rojo indica los elementos de unión entre vigas y columnas, y el diseño de rombos concéntricos es igual al resultado del entretejido de fibras vegetales utilizado en las construcciones indígenas, lo que hace pensar que se trata de la representación de la vivienda que tuvieron estos habitantes de Tierradentro mientras vivieron.

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